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Una comunidad de comunidades

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Comunidad de comunidades

Inspirada en la vocación carmelita de Santa Teresa de Ávila, la Federación San José de Guadalupe se configura como una "comunidad de comunidades". La Santa nos invita a hacer el bien a los demás, santificándonos en esa acción. Siguiendo su ejemplo, estamos abiertas al mundo que nos rodea, conscientes de su realidad, tal como ella lo expresa en su obra "Camino de Perfección": "miren como está este mundo", "estase ardiendo el mundo".

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Centrada en Dios

Nuestra comunidad tiene a Dios como centro. Desde Él se comprende nuestra vocación y nuestro estilo de vida específico (V. 1, 7). Jesús nos une y nos impulsa a ser plenamente humanas al servicio de la Iglesia.

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Pequeñas comunidades con ambiente familiar

Teresa de Jesús buscaba romper la rigidez de las comunidades regidas por leyes, priorizando la cercanía, la palabra mutua y la creación de un ambiente familiar. Aspiraba a formar una comunidad contemplativa, atenta a la comunicación y unión con Dios, revelada en la divinidad, con los ojos puestos en el Esposo.

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Igualdad y comunión

En nuestras comunidades, todas somos iguales, desde la más joven hasta la más veterana. Compartimos una profunda comunión de bienes, donde el mayor bien somos nosotras mismas, las personas. Teresa deseaba que las comunidades fueran autónomas, no para aislarse, sino para fortalecer la comunión y el intercambio, tanto material como personal.

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Tres pilares para ser orantes y amigas fuertes de Dios

Para Teresa, la humildad, el desasimiento y la libertad son los pilares fundamentales para ser orantes y amigas fuertes de Dios. La humildad, como la verdad, nos libera para amar. El desasimiento nos libera del deseo de poseer cosas y personas, permitiéndonos ser auténticas y no "poseer a Dios", sino ser poseídas por Él. Estos pilares son esenciales para construir comunidades donde seamos hermanas y amigas, unidas en el amor.

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Teresa: una mujer con excepcional capacidad de relación

Teresa de Jesús era una mujer con una excepcional capacidad de relación. Siempre escribía para alguien, nunca para sí misma. El amor, vivido como amistad, le permitía experimentar la comunión, la armonía, la fecundidad y la unidad esencial de la experiencia de Dios en la oración, la convivencia y la misión. El amor era el hilo conductor que la guiaba hacia Dios.

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Orar es mirar al que va delante

En la oración, fijamos nuestros ojos en Jesús, observando cómo vive y dialogando con Él. Poco a poco, nos adentramos en su vida, su oración y su amor. Vivimos con Él la experiencia del abandono en los brazos de Dios, como niños que se fían: "Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos" (Mt 18,3).

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La Federación San José de Guadalupe: Caminando juntas hacia Dios

Inspiradas por la mística teresiana, las Carmelitas Descalzas de México, constituidas como Federación, caminamos juntas hacia la santidad, buscando la unión con Dios y la transformación del mundo a través del amor, la oración y la entrega generosa.

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