En el Carmelo, nosotras, las monjas carmelitas, sentimos el llamado de Dios a vivir una vida de oración por la Iglesia y por el mundo.

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¿Te apasiona la oración y la vida en comunidad?

¡Descubre la vida carmelita!

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Nuestra Regla nos invita a meditar en la Palabra de Dios mientras realizamos nuestras tareas cotidianas. La Eucaristía y la Liturgia de las Horas son el corazón de nuestro día, y también dedicamos dos horas a la oración personal contemplativa.

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¿Te imaginas un día lleno de paz, oración y trabajo? En el Carmelo, combinamos la oración con diversas actividades que nos permiten ganarnos la vida y desarrollar nuestra creatividad.

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Elaboramos hostias, ornamentos litúrgicos, escapularios, manualidades, repostería, miel... ¡y mucho más!

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Los momentos de silencio y soledad se equilibran con la alegría de compartir con nuestras hermanas. Disfrutamos de comidas en silencio, seguidas de un tiempo de recreación donde conversamos, reímos y compartimos ideas.

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Santa Teresa de Jesús quería que las carmelitas experimentáramos el amor de Dios en la sencillez del día a día. Somos mujeres comunes, con tareas ordinarias, pero la vocación que compartimos nos enseña cómo Dios puede usar incluso lo más simple para transformar el mundo.

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Nuestra oración no se limita a un espacio o un momento específico, sino que brota de un corazón que vive en constante presencia de Dios.

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¿Te sientes llamada a este camino de oración y servicio?

¡Ven a descubrir la belleza de la vida carmelita!

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¡Te esperamos!

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